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Exploramos la confluencia entre historia, arte y cine a través de la película "Gernika" de Koldo Serra, que en 2016 nos transportó al devastador bombardeo durante la Guerra Civil Española. En una entrevista exclusiva, el director bilbaíno comparte su perspectiva única, revelando el proceso detrás de la cámara y cómo logró plasmar la esencia emotiva de aquel período histórico.
Por muchos años que pasen, el 26 de abril de 1937 quedará grabado a fuego en la historia de Gernika y en la de toda la Humanidad. Este devastador bombardeo contra una población totalmente indefensa, fue el resultado de una táctica militar perfectamente planificada y ejecutada por la Legión Cóndor alemana y la Aviazione Legionaria italiana. El plan de ataque empleado en Gernika se utilizó posteriormente en otros lugares durante la Segunda Guerra Mundial.
Sólo un día después del impactante bombardeo que asoló Gernika, la impactante crónica del periodista George L. Steer vio la luz en las páginas de The Times y The New York Times. Este relato se erigió como la crónica más extraordinaria de un corresponsal de guerra, destacando la brutal realidad de los acontecimientos. Tanto la crónica de Steer como el propio bombardeo de Gernika, trascendieron fronteras captando la atención global y revelando la verdadera magnitud de lo sucedido.
79 años después, en 2016, se estrenó la película “Gernika”, dirigida por Koldo Serra. Aunque en la película no se menciona al periodista en cuestión, sí se homenajea de algún modo a todos los profesionales del periodismo que se jugaban la vida (en algunos casos casi en primera línea de batalla) para contar la verdad de los hechos, cuando la represión y el control de las noticias en plena Guerra Civil eran más que evidentes.
El bombardeo trajo consigo otros acontecimientos históricos como la creación del icónico cuadro-mural “Guernica” de Pablo Picasso, su posterior exhibición en el pabellón español de la Exhibición Universal de París en julio de aquel mismo año, y su exilio durante muchos años al otro lado del Atlántico. En él, el artista malagueño quiso reflejar las consecuencias y el horror de la Guerra Civil española, así como su total rechazo a la brutalidad de la guerra.
En 2016 y por primera vez, el trágico bombardeo de Gernika fue llevado a la pantalla grande como la principal fuente de inspiración para una película. En ella se narra la historia de amor entre Henry, un periodista estadounidense interpretado por James D'Arcy, y Teresa, una joven editora de la oficina de prensa republicana encarnada por María Valverde. La trama se desarrolla en medio del caos de tiempos de guerra y se entrelaza con el impactante evento histórico que fue el bombardeo de Gernika. Fue rodada en 4 idiomas: inglés, español, alemán y euskera, tiene una duración de 1 hora y 50 minutos. Actualmente, se puede ver a través de las plataformas Rakuten TV, Google Play Movies y Apple TV online.
Durante la promoción de la película, Koldo Serra explicó que la película recrea a su modo y desde la ficción el punto de vista de un periodista (refiriéndose a George Steer) que se convierte en el único testigo, en la única voz. El periodismo de la época, la represión, la guerra de bandos y las bombas incendiarias que se pusieron a prueba en la Gernika real, sí aparecen en el “Gernika” de Koldo Serra.
Otro de los detalles que no debe pasar desapercibido para el espectador, son las pequeñas escenas reales que se han obtenido de los testimonios de algunas víctimas supervivientes, y que se han querido representar de la forma más respetuosa posible en la recreación del propio bombardeo al final de la película. Destaca este enfoque atento y cuidadoso en la producción, ya que a pesar de tratarse de una película con un guion centrado en una trama ficticia, no pierde de vista su inspiración en el fatídico 26 de abril de 1937.
Bilbao, abril 1937. Teresa (María Valverde), una editora de la oficina de prensa republicana chocará con Henry (James D’Arcy), un periodista americano en horas bajas que está cubriendo el frente norte durante la Guerra Civil. Teresa, cortejada por su jefe, Vasyl (Jack Davenport), asesor ruso del gobierno republicano, se sentirá atraída por el idealismo durmiente de Henry y querrá despertar en él la pasión por contar la verdad que un día fue su único objetivo.
A María Valverde, la actriz protagonista, se le suman los actores internacionales James D´Arcy, Jack Davenport y Burn Gorman. El espectacular elenco principal lo completan actores y actrices de reconocido prestigio nacional e internacional como Ingrid García Jonsson, Álex García, Julián Villagrán, Irene Escolar, Joachim Paul Assböck, Bárbara Goenaga, Víctor Clavijo, Natalia Álvarez-Bilbao, Elena Irureta, Markus Oberhauser, Jon Ariño y la voz de Hugo Silva.
Los extras fueron seleccionados mediante los castings realizados el año previo al lanzamiento de la película, y estas audiciones fueron extraordinariamente exitosas en términos de participación. Nadie en Gernika quiso perderse la oportunidad de formar parte de una producción cinematográfica de alto presupuesto y gran proyección.
Fotos: Toribio Beares
Así fue, “Gernika, the movie” llega como un encargo. Es un proyecto levantado por los productores Jose Alba y Carlos Clavijo, ambos malagueños (aquí la conexión con Picasso y su cuadro) y escrito por el segundo junto a Barney Cohen, guionista neoyorquino.
Y es cierto, no hay ninguna película que aborde el tema. Fue una sorpresa cuando, buscando sobre ello, únicamente encontramos la tv movie de dos capítulos para la ETB llamada ‘Gernika bajo las bombas’ de 2012. Como digo, en cine no había nada, con lo cual la responsabilidad para mí era aún mayor efectivamente, no pude decir que no al proyecto.
La verdad es que sí, porque como dices es un tema con mucha carga emocional y es complicado no implicarse de esa manera, no entiendo otra aproximación al tema. Además, hoy en día todavía hay sectores que niegan la mayor y es de justicia contar lo que pasó (independientemente de que lo hiciéramos en el marco de una obra de ficción con una trama creada para la película).
No debería de caer en el olvido y debería de llegar a las nuevas generaciones para que entiendan lo que pasó entonces y sigue pasando en muchos lugares del mundo.
Personalmente conocía la historia del bombardeo, pero no desde dentro, así que hablamos con supervivientes y familiares, leímos libros sobre el periodismo de la época y otros tantos sobre el propio bombardeo y los relatos de los que sobrevivieron al mismo. Además, hicimos mucho trabajo de documentación gráfica para ser lo más fieles posible a la estética de la época.
Creo que todos empatizaron desde el minuto cero con la historia y con lo que se contaba en ello. Los de fuera conocían sólo el cuadro de Picasso, pero no la historia detrás de la creación de este. Cuando se la contamos no pudieron decir que no y estuvieron realmente implicados en contar esta historia.
En lo relativo a trabajar con ellos, pues como puedes imaginarte, fue un lujazo. Actores y actrices de primer nivel totalmente involucrados con la película. Con María Valverde (increíble lo que hizo cargando con toda la película sobre sus hombros), Bárbara Goenaga o Víctor Clavijo ya había trabajado antes. Una nutrida representación de actores y actrices vascos completaba el resto del reparto.
Tal cual. En la actualidad podemos disfrutar de muchísimas obras de arte universales gracias a que algunos gobiernos decidieron protegerlas de la barbarie de las guerras. De eso también habla la película, de cómo se usa la información y de qué efectos tiene ésta sobre el ser humano y lo que le rodea.
El cine, como arte y bien cultural, tiene que ser protegido y conservado. Que las nuevas generaciones tengan acceso a obras creadas hace cien años es un derecho. Igual con las obras literarias o musicales. La cultura es patrimonio de todos y debemos de preservarla y protegerla.
La fotografía de la película es obra de Unax Mendia, director de fotografía lekeitarra, que conoce muy bien las localidades en las que rodamos. Durante la preparación vimos mucho cine bélico y muchas películas sobre la Segunda Guerra Mundial en concreto, sin perder el foco de que rodábamos en Euskadi unos años antes.
Decidimos que hubiese una progresión en el color de la película. Queríamos potenciar los colores al principio, mostrar la belleza de los sitios que después serían arrasados. De hecho, toda la parte final de la película está mucho menos saturada, fuimos quitando el color progresivamente durante todo el bombardeo hasta llegar a unos tonos más pálidos cercanos a las imágenes en blanco y negro que todos tenemos en mente cuando se habla del bombardeo de Gernika.
Pues dice mucho de lo poco que se trata la Historia y de lo poco que se habla de ella. Siempre se dice que hay muchas películas sobre la Guerra Civil, la post guerra y demás. Yo siempre digo que son pocas, tenemos que hablar de nuestra historia, la gente debe de conocer el pasado para no caer en los mismos errores. Y por supuesto, no dejar que los que tratan de ocultar algunos hechos, lo consigan.
Por lo que respecta a la oportunidad que tuvimos, estoy encantado de poder ayudar a que se conozcan los hechos acaecidos. A Steer hay que estarle agradecidos porque sin su crónica el mundo nunca hubiese conocido lo que realmente pasó y se hubiese ocultado o maquillado.
Pues fue algo mágico y a la vez doloroso. Poder estar de verdad en el lugar donde pasó todo es un privilegio, especialmente por poder contar con la presencia de algunos de los supervivientes con los que compartimos un buen rato. Escucharlos fue emocionalmente duro, pero también nos dio alas para seguir en el empeño de contar su historia.
Obviamente de la Gernika de antes del bombardeo apenas queda mucho, así que, más allá de la zona donde recreamos el mercado, tuvimos que recrearla a través de diferentes localidades como Lekeitio, las calles de Artzeniega o Tiermas y Escó (en Aragón) para la parte en la que la villa está en ruinas y llamas.
Si, la verdad es que pudimos acercarnos y meternos en ellos, antes y después del rodaje de la película. Impresiona mucho saber que esos espacios fueron la salvación de tantas personas. Uno trata de imaginar el terror que se vivió en ellos y se le encoge el corazón.
En la película nosotros rodamos en los bajos de un caserón en Artzeniega que por logística y estética nos funcionaba mejor para la película. Igualmente fueron secuencias que costaba rodar, como todo lo relacionado con el bombardeo y las muertes, el dolor y la destrucción que trajo consigo.
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